lunes, 19 de octubre de 2009

¿Qué implicancias tuvo el impacto de las TICs en la constitución de las nuevas infancias?

Para responder a este interrogante, será necesario remitirnos a los lineamientos teóricos de Edith Litwin y de Débora Nakache, quienes aportan una mirada muy interesante para los docentes, para que éstos puedan comprender a qué niños están educando.
En primer lugar, es preciso señalar que Litwin sostiene que la escuela, cómo institución cultural, se encuentra completamente incluida en una profunda revolución tecnológica de importantes implicancias simbólicas y materiales en las formas de conocer, comunicarse e interactuar con el mundo. Los teléfonos celulares, las cámaras fotográficas digitales, los dispositivos móviles de conexión a internet, entre otros, son ya parte de una ecología comunicativa en la que crecen y se forman las nuevas generaciones.
Por esta razón, Nakache plantea que las Tecnologías de la Información y la Comunicación, precisamente las pantallas, se están convirtiendo en agentes subjetivantes de las nuevas generaciones. ¿Qué significa esto? Que son las pantallas (la televisión, las computadoras) las que construyen subjetividades, entendiendo a éstas cómo ideas, mentalidades, valores, tendencias, prácticas sociales. Es decir, que construyen un sujeto. A propósito de esto, la autora dice:
“La televisión y otros dispositivos mediáticos de información median los intercambios, crean cultura y al mismo tiempo producen subjetividades radicalmente diferentes a las que solía construir la escuela tradicional”.
Cabe destacar que las pantallas se han instalado entre familias y escuelas, organizando los lazos infantiles contemporáneos. Acontecen entre familias y escuelas como formatos socializadores, creando agendas mentales, promoviendo demandas y prácticas.
En términos generales, se puede decir que la TV, la PC y los video games aparecen creando nuevas condiciones en la transmisión cultural, nuevas operaciones de subjetivación.
Es preciso que los docentes tengan en cuenta la influencia de las pantallas en la vida cotidiana de sus alumnos, para así poder conectarse con sus intereses y crear propuestas de enseñanza significativas para la construcción de nuevos conocimientos. asimismo, es importante conocer, por parte del docente, a qué niños está encargado de educar para así poder llevar adelante esta tarea.

BIBLIOGRAFÍA
Litwin, E (2008): El oficio de enseñar. Capitulo 7. Paidós. Bs. As.
Nakache, D. (2007): La tele entre la familia y la escuela. En Aprendizaje, sujetos y escenarios. Noveduc. Bs. As.

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